Las paredes como almacenamiento para la cocina

Las paredes libres pueden transformarse en un lugar de almacenamiento privilegiado para la cocina que nos permite mantener siempre a mano los utensilios más utilizados en cada zona.

Los tabiques no solo tiene como función la sujeción a los módulos bajos o a los armarios suspendidos, también pueden acoger otros sistemas de almacenamiento que resultan tan decorativos como prácticos.

Uno de los elementos más versátiles son las barras metálicas dotadas de ganchos en los que se pueden colgar los cubiertos de trabajo y otros útiles empleados en la manipulación de alimentos o en la limpieza de la zona.

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Las barras también pueden servir de sostén a cestillos de diferentes tamaños y formas para colocar especieros, pequeñas macetas con hierbas frescas o las botellitas de aceites aromáticos.

 

Algunos portarrollos están preparados para sujetarse a la barra y ofrecen capacidad para introducir uno, dos o tres rollos. Esto nos permitirá acceder con facilidad al papel de cocina, al de aluminio y al film transparente, sin necesidad de abrir puertas o cajones.

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El revestimiento de las paredes, un punto clave

El revestimiento de las paredes de la cocina puede ser de múltiples materiales. Algunos, como la pintura lavable o el papel pintado acrílico son fáciles de renovar y, por lo tanto, los posibles agujeros necesarios para la instalación de accesorios murales pueden arreglarse en un futuro con relativa facilidad.

El problema surge cuando deseamos equipar el frontal de la zona de trabajo con barras, cestillos o ganchos, porque los acabados que se utilizan cerca del fuego y el agua deben resistir sin alterarse las salpicaduras de agua y grasa a altas temperaturas y la acción de los productos de limpieza desengrasantes y desinfectantes que se suelen usar en esta estancia.

En general, se suele utilizar la misma opción que la elegida para la encimera de trabajo, excepto si se trata de madera o posformado; en el resto de los casos revestir el banco de trabajo y el frente con un único acabado crea un conjunto armónico que potencia la sensación de unidad decorativa.

En las cocinas de estilo high-tech suele utilizarse el acero inoxidable para ambos elementos, que resulta un material casi indestructible e higiénico; las piedras naturales o artificiales, porcelánicos y laminados son otras opciones recomendadas para este fin.

En cuanto a su instalación, el antepecho puede aparecer únicamente en la zona de riesgo -cocción y lavado- o revestir la totalidad de la pared para lograr una sensación de continuidad.

Resulta imprescindible garantizar un correcto sellado entre el antepecho y la encimera para evitar las filtraciones de agua y suciedad hacia el mobiliario inferior.

Y a ti, ¿qué te parece utilizar las paredes como un lugar de almacenamiento para la cocina?